martes, 7 de julio de 2009

Estar atento al silencio estruendoso de la muerte.
Girar la cabeza esperando no encontrarla.
Caminar ligero para ganarle una vez más la partida.
Sentir que las manos frías son solo porque ha dormido destapado.

Sábado a la mañana, el otoño está presente
En las calles. Arremolina las hojas amarillas
Y ella está sentada sobre el cordón de la vereda
Atándose los cordones de sus zapatillas.

Es gris la espera como la sala donde estamos
Los que no nos conocemos.
Un acopio de lágrimas se desparrama por el piso
Nadie se levanta pero entre todos nos consolamos.

A lo mejor mañana alguien diga que todo valió la pena
Y volvamos a casa abrazados riéndonos
Por las tonterías que decimos para burlar a la muerte
Que espera, silenciosa, triunfante porque sabe que es cuestión de tiempo.
hoy no me dieron el pésame por la muerte de mi tío.
Nadie sabe en este pueblo quién ha sido.
¿De verdad existió o sólo fue un recuerdo asido para no olvidar la tierra
que nos tiene de hijos?
No soy de acá. No me interesa serlo.
Tengo hijos. Pero ellos son su vida y son su tierra llena de otras cosas
Diferentes a las mías cuando nací en mi querido pueblo.
La tierra caliente, rajante calor que quema los pies
Sin más abrigo que el sol y el cielo claro cerca de un río.
La rioja, villa dolores aún tienen parte de mi sangre
Que se calienta cuando no en un grito.

Busco entre algunos papeles viejos, las palabras que me anclan
A la vida. No tengo dueño. La libertad de un verso
Eso es lo que nos ha unido.
Pésame porque ha muerto. Pésame porque no hay olvido.

viernes, 12 de junio de 2009

Instantánea
Una larga espera
Lunes 5 de febrero. 8 de la mañana. Llamadas continuas e insistentes para reservar un viaje hacia Córdoba. Resultado negativo. Ir directamente a la oficina de la empresa SARMIENTO parece ser la única solución. Consulta. Reserva. Y la tranquilidad de que se llegará temprano al destino que se desea o se necesita. 4 de la tarde. Espera semi-ansiosa en la parada acordada. A la hora señalada (como en el far-west) el vehículo esquiva, hace señas de que no hay más lugar y sigue su marcha a velocidad sorprendente. Mientras tanto, la reserva no sirvió de nada. Y la espera se transformó rápidamente en angustia. Al instante en bronca y a los quince minutos en amarga resignación. Ese día llegué tarde por primera vez.
Jueves 15 de febrero. 10 de la mañana. Llamada insistente solicitando una reserva para la una y media. Confirmación. Tranquilidad. Veinte minutos de espera y la ansiedad que carcome el interior. Llamada para reclamar. Respuesta absurda. No había móvil disponible… pero ya se había hecho una reserva. Más que disculpas, una justificación sin sentido. Nuevamente llegué tarde a un compromiso.
Los medios de transporte de Alta Gracia no son una excepción con respecto a los medios de transporte del país. No están en las mejores condiciones, son caros con respecto al servicio que brindan. No les interesa en absoluto tener en cuenta que el usuario se toma el trabajo de buscarlos, hacer reservas y está esperando. Con tal que uno les pague, suficiente.
Mientras tanto, uno llega tarde. Paga lo mismo por esa tardanza y lo peor que ni siquiera escucha una disculpa. La próxima vez optaré por un medio de transporte más económico y sano: caminar. Por lo menos no me quejaré tanto.
Andrea V.
"Si no barrés la pelusa que está debajo de la cama, algún día nos va a comer". La mierda, pensé yo. Cuánta imaginación para pedir que pasemos la escoba de vez en cuando. Me causó gracia pero no me dieron ganas de barrer.
No debe haber nada más odioso que le digan a una qué hacer cuando el otro también lo puede hacer. Para peor en cuestiones domésticas lo peor es cuando con sutileza se despierta el machismo y pide, ruega, implora o demanda que una limpie.
Por mí, que se vaya a la mierda, él y su pelusa. No hace mal. A lo sumo le hará picar la nariz y tornará de gris alguna cosa que agarre.
por supuesto que no pasé la escoba en ese momento. Pasé el trapo porque si no seguíamos igual o peor que antes. No me molesta limpiar. Me molesta que me lo pidan o me lo hagan notar. Soy desordenada por naturaleza. Sólo me interesa tener mis libros cerca mío, algo para escribir y un buen rato de silencio. La limpieza sólo se despierta cuando tengo que cumplir con algun examen o alguna obligación que detesto, como corregir pruebas, preparar documentación y esas cosas.
Salud a la pelusa que me dio la oportunidad de entrar de nuevo para dejar algo escrito.

miércoles, 3 de junio de 2009

Confesión poética

No hay nada más difícil que decirle a los otros que una es una poeta (cuando doy clases de lengua, les digo a mis alumnitos que también se puede decir poetisa). La reacción es impredecible. Sonrisitas, palmadas en la espalda como diciendo "pobre", la nada. Pero es bueno de vez en vez decir lo que realmente es una. Ser poeta es ser alguien que trabaja con las palabras. Guerrea con ellas y no baja la guardia. Mucha veces se las traiciona porque se escriben otras cosas que no tienen nada que ver con la búsqueda de la verdad; esa categoría impresionante que produce más daño y dolor que la muerte misma.
Eso sólo hace un poeta. Busca la verdad en la palabra y no todos se la bancan. A mis treinta y cuatro años recién me animo a decir que escribo poesía. Y que pretendo hacer eso hasta que me muera. No es fácil. Para llegar a esa verdad pasé mucho tiempo entre dudas, inseguridades y angustias. Es mucha la tristeza que invade al poeta por eso busca en la palabra una luz que signifique una salida hacia el mundo mejor que ansía y que sabe con seguridad, nunca llegará.
Confesión de mi parte? Y sí, algo hay. La palabra tira como la sangre misma. Escribir para mi es igual o más importante que respirar. La palabra es vida. Quiero vivir de verdad.

miércoles, 20 de mayo de 2009

mis hijos juegan
de pronto hablan y preguntan que es esto de la vida
el más grande
quiere saber por qué el dolor no se va con un vaso de agua

el más pequeño aún no sabe de palabras
pero los dos ríen
cuando se miran
basta una risa
y el mundo cae a sus pies
como una lluvia mansa
que oculta
las dudas de esta vida parca

los amigos se van yendo por la vereda de las sombras
sus vidas se desvanecen
y mis hijos, egoístas,
me devuelven
el secreto
de la inmortalidad
como si fuera una medicina ilegal
que sólo alcanza para que mi vientre de nueves meses calle
y añore su estancias poderosas

va cayendo la tarde
se miran y ríen
al compás de unas manitos que se baten
y unas plastilinas de colores
que arman y desarman mundos
desfachatez de lo cinco años

el otro balbucea y da por aprobada
la poderosa imitación de dios
a las seis de la tarde
no sé si será este el momento adecuado
para enterrar aquellos versos
que nacieron
una tórrida noche de verano
florece septiembre
octubre descubre la vívida pasión de los poetas
y en este cruce
los versos se queman
se desintegran

y tu calma
aparente color verde
está del otro lado del ecuador
y la poesía ha quedado sola
en este hemisferio
infantil y balbuciente

no importa este octubre
me pertenece
porque es mi sangre
porque me devuelve intacta
porque es así
de gesto homicida
de mirada enamorada
de entrega completa
de madre fiel
segura en la distancia